El Albaicín y el Sacromonte sólo cobran pleno sentido cuando sientes la subida bajo tus pies. Caminar te permite comprender cómo el antiguo barrio árabe se asienta frente a La Alhambra, cómo las casas cueva se aferran a la ladera y cómo la gente se mueve realmente por estos barrios todos los días.



















